En estos momentos estoy tranquila, oyendo el concierto de la dos y acordándome de todos vosotros, de todos los que me habéis seguido desde que empecé el blog. La verdad es que no esperaba tantas entradas.
Hoy es un día bonito; se reunen las familias, se cena especial y todos en general, están contentos.
No me puedo quejar, estoy acompañada, pero... estoy triste; No estoy contigo y ese sera mi eterno castigo...
No se que más hacer; lo he intentado todo, pero nada me ha servido. Estoy totalmente segura que el castigo no es proporcional a la falta, pero nada puedo hacer.
Algún día, aunque sea ya tarde (quizá es lo que mas me quema), todo volverá a cambiar y el viento sera a mi favor. Pero entonces ya no tendrá sentido. Para mi no se trata de ganar ni guerras ni batallas. Se trata, como siempre de ir contra corriente. Si no se tiene que querer, yo va y quiero; si se tiene que odiar, yo a contra corriente... me empeño en no odiar, y si se trata de olvidar... yo recuerdo cada instante, cada momento.
A veces la crueldad, que en estos momentos es la vida para mi, para ti o para otro cualquiera es pura felicidad. ¡Cuanta contrariedad!. Esto, ni si quiera en las mejores familias... pasa. Y aquí, en la mediocridad, pasa de continuo.
Creíais que hoy no estaba... pero si que estoy.
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