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domingo, 11 de septiembre de 2011

SERA MENTIRA




Tal vez sea mentira todo lo que nos han contado, todo lo que hemos visto, todo lo que hemos vivido. Tal vez, la vida no sea como la apreciamos: para unos bonita; para otros estúpida. Y tal vez, puede ser, nos equivocamos al nacer con el único fin, al final del camino, de morir.

No es un planteamiento digno para un domingo de final de verano. Lo sé, pero mientras estaba en los que haceres de la casa mi mente, sin querer, se ha marchado de paseo y abandonandome me ha mostrado la realidad de lo que hoy por hoy es mi existencia y parece ser de toda la humanidad.

Somos extremadamente egoístas y no somos dignos mientras existan guerras, hambre, miedo, diferencias de cualquier tipo..., de llamarnos "humanos". ¿Cual es la diferencia entre nosotros y cualquier ratilla que anda escondida por las alcantarillas? Debería ser la razón y los sentimientos, y de ambas cosas en nuestro paseo por la vida, no andamos muy sobrados que se diga. Solo hay que asomarse a la ventana y dar un vistazo.

Me contaron que la vida era bonita; parecía (por lo que contaban) como si al ir creciendo, participaras en un cuento de hadas: vendrá tu príncipe azul; iras al cole y tendrás muchos amigos; crecerás, estudiaras una carrera y tendrás el trabajo ideal; tendrás hijos y mil historias mas. Pero nadie te hablo de las injusticias, de la inexistencia de la moral, de las crisis, del sufrimiento ajeno y propio, de las criticas dañinas y mal intencionadas de los amigos ni que en realidad los príncipes azules son como las princesas de los cuentos, que si rascas un poquito, son unos desgraciados.

Lo que he visto a lo largo de mi vida es que cuanta mas libertad, más atados estamos; cuanto mas taichi (por decir algo), mas violentos y depresivos nos encontramos; cuanto más amor alrededor, más envidias nos creamos y cuanto más luchamos por un mundo mejor, más injusticias y diferencias salen a la luz.

He vivido durante mucho tiempo en una mentira, creyéndome todo lo que yo misma me justificaba al justificar una falsa moral que jamas existió, dejando que día a día se alimentase sin poner remedio a mi propio sufrimiento y ahora solo puedo decir: "pasa cordura, que te voy a contar mentiras" y al final entre tanto, iras acostumbrandote a seguir viviendo sin más.

Acaba de volver mi mente de tan inusual viaje y no tengo más remedio que volver a mi mentira y seguir en un camino falto de dignidad porque en un momento hace tiempo, creí todas las mentiras.

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