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viernes, 14 de octubre de 2011

LA CULPA FUE DEL CHA,CHA,CHA...




Cuando entran terceros en cualquier relación, pasa lo que pasa. Las opiniones no saben bien ni tienen un color agradable, y es que la vida es mas simple de lo que la imaginamos.
Basta que diga blanco para que se vea de un negro profundo (aunque en realidad pueda ser blanco), pero no estamos preparados para ver el bien en el mal ajeno. Y lo digo con total convencimiento y total sabiduría.
A mi me pasa y estoy segura que no soy la única. Mas de una y uno en mi situación, le ocurriría lo mismo.
Pero es que!, vamos a ver! ¿Por qué tengo que permitir ciertas cosas cuando por derecho propio (?), son solo de mi incumbencia???
Entre dos, las cosas se ven de forma totalmente distintas a cuando entra otr@ a formar parte del grupito. AH!!! ahí cambia todo. Ya no se ve del mismo color y las opiniones propias sufren irremediablemente de interferencias. Y fijaros que no doy la razón a nadie, ni a ti, ni a mi ni a tercer@s... en esos momentos, no la tiene nadie porque todo esta desvirtuado.
Algún día espero que cualquier tema a discutir siga pudiendo ser cuestión de dos y se tenga la lucidez de no dejar meter las narices a un tercero, a pesar de tener toda la razón. Y es que... no cabe por mucho que queramos hacerle sitio. ¡No hay sitio para tres!

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