Pensamos que estamos aquí, vivos, para hacer acopio de todos los lujos que existen a nuestro alrededor, para apropiarnos de todos los "placeres secretos" (esos a los que no nos atrevemos ni mencionar), que nos rondan y creemos merecernos (por decisión propia), sin importarnos un comino como lo vamos a conseguir y a costa de quien.
Podemos pisotear, dañar, robar, usurpar papeles que no nos corresponden... porque ahora esta todo permitido. Si todos lo hacen, ¿por qué no lo voy a hacer yo?. Desde los de arriba hasta los de abajo, pasando por los del medio, ya no existen valores que nos ayuden a "sentir" por el otro, ni incluso hacia el otro. No existen valores que nos ayuden a mejorar día a día esa visión de la vida. Simplemente se ha roto esa cadena que nos llevaba de uno a otro; era como un juego donde ibas saltando de seta en seta y cada una de ellas era un mundo de aprendizaje. Amistad, amor, familia,...y tu, ¡hala! a llorar, a reír, a cantar, a sentir, incluso a odiar. ¡Todo se aprende! Ahora ya no tenemos mucho que aprender. Ya ni el rencor o el odio nos hace sentir. Nuestros valores han cambiado. Ya no estamos en la era de la naturaleza, de las cosas sencillas, de lo básico y esencial. Estamos viviendo en la era cibernética, del dinero y el poder.
He estado preocupada resolviendo conflictos que no existían y no necesito ahora que nadie me diga lo que tengo que decir, y mucho menos, como tengo que pensar.
Si teniendo poco hay quien es feliz, ¿por qué no nos armamos de valor y luchamos por la verdadera felicidad?
¿Que pasa? ¿Que no se puede?
Yo creo que sí. Miremos dentro y hagamos la lista de lo que seguro no necesitamos.
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