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domingo, 23 de octubre de 2016

AUNQUE NO VA CONTIGO




Otra vez más estoy dándome contra la pared, por algo que no me corresponde, pero es que a veces me supera la injusticia al ver, observar la ingratitud, la mentira, el abuso, la falsedad...sobre gente buena que se deja llevar sin saber por qué y cuáles pueden ser las consecuencias.

Antes no lo entendía, ¿por qué nos dejamos llevar por el abuso de los demás?¿por qué ignoramos los peligros de no querer ver lo que tenemos delante de nuestros ojos?...¿por miedo quizás?...¿por miedo al vacío, a la soledad, a no estar a la altura de lo que nosotros mismos esperamos, a no encontrar lo que buscamos para ser felices,...?

¡Ahora lo entiendo!. Son sus armas, potentes trampas que saben utilizar a la perfección.Un dominio embaucador del saber capturar la debilidad de los demás. Aprovechan las mentiras, su arrogancia y su superioridad apoyándose en una inteligencia desatada que siempre utilizan para humillar a sus víctimas, distorsionando a su favor una realidad y verdad que daña inevitablemente la personalidad de los que están a su alrededor.
Jamás lo reconocerán. Casi nunca son conscientes de su comportamiento y son capaces de dar la vuelta a las cosas de tal manera, que convencen al resto de la humanidad de su indefensión. No tienen sentimientos ni capacidad para perdonar porque no se sienten culpables de nada. El daño siempre es responsabilidad de la baja auto estima del otro, a la que ha sido inducida con toda amabilidad, hasta incluso desterrarlo como envidioso y antisocial.

Lo prudente, es salir corriendo; la lástima es que pocas veces tienes conciencia hasta que es demasiado tarde...
Una vez aprendes a detectar este tipo de personas (¡que aprendes!), tu vida cambia totalmente, aunque, como en esta ocasión, cuando lo ves de lejos y aunque no vaya contigo, no puedo evitar sentir irritación.
Y...No tengo perdón por callarme.

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