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lunes, 21 de agosto de 2017

DESCIFRANDO INTENCIONES





Hace escasamente un mes, antes de vacaciones, sufrí un bajón de esos que te vienen de repente, sin saber por qué y sin esperarlo, un bajón que me hizo replantearme ciertos esquemas de mi vida, como el dinero, el trabajo, las posibilidades, la edad, la empatía y sobre todo las personas y nuestra realidad.

¿Es verdad todo lo que vamos aprendiendo?

Está fue la respuesta/trampa/pregunta en la que caí al intentar solucionar el amable laberinto por el que me había colado sin darme cuenta.

Buscaba una complicidad, una mirada, un empujón de alguien que durante tiempo me había acompañado. Necesitaba que me gritaran que la verdad del camino estaba delante de mis narices, que no me había equivocado, que lo que estaba pidiendo era loable y posible.
"Buscas esa mirada...pero no está; es distinta, distante, vacía, superficial, autosuficiente y altiva y entonces te das cuenta que te has equivocado. Has puesto tanta fe, tanta pasión, tanto empeño... para qué?"

Durante unos años mi camino ha sido guiado por un sendero que cada vez sentí más transitable. Pensaba para mis adentros que lo estaba haciendo bien; me sentía perfecta en un mundo lleno de imperfecciones hasta que me tope con este panorama: Unas indicaciones que no llevaban a ninguna parte, una endeble barrera que me separaba de un precipicio, una carretera de vuelta al punto de partida, un camino angosto, frío y tenebroso y un espacio amplio y solitario donde aparcar-me y  detenerme por un tiempo incógnito, ambiguo y sin determinar.

No se pueden mezclar las cosas, ni los valores ni los sentimientos. Cuando dejas de sentir ese calor, cuando la amabilidad se convierte en encerrona, en desafío, en "pez fuera del agua"... muere la sencillez de nuestros actos.
Me queda claro cual es mi lugar; me queda más claro que nunca, después de este tiempo de meditación, que sigo valiendo lo que valgo, que mi capacidad la marco yo así como mi valía propia y a pesar de los pesares me queda claro que cada uno debe estar en su lugar y que no volveré a usurpar terrenos de nadie y menos luchar por algo que no me corresponde.
He tardado en recuperarme de este trastazo, de esta humillación sin sentido y de esas palabras indicándome cual era mi sitio, mientras tu silencio quería llevarse este tiempo por delante.

Porque aprender es aceptarte; porque aprender es reír; porque aprender es comprometerse; porque aprender es gestionar el tiempo y el estrés; porque aprender es comunicarte;porque aprender es cambiar y aprender es en definitiva creer en ti mismo y eso lo he aprendido perfectamente. 

¿Es verdad todo lo que vamos aprendiendo?
dejemos que la respuesta/trampa/pregunta la resuelva cada uno.

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