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viernes, 29 de julio de 2011
SIEMPRE TROPIEZO CON LA MISMA PIEDRA
Y llegan las vacaciones y yo siempre repito historia. Todos los años la vida continua para muchos y se para para mi en un momento determinado, en una fecha exacta, en un lapsus fantasmal lleno de recuerdos. Me acuerdo de todos, año tras año, como si estuvieran marcados a fuego lento en mi cerebro.
Llegan las vacaciones y siempre confío en la misma canción de esperanza, en el mismo deseo de compartir tu mejor día, el mio, el nuestro... en un lugar cercano y a la vez alejado, lleno de alegría y felicidad. Pero todo se detiene instantes antes y... ¡Puhf!, desaparece.
Fue uno de los mejores días de mi vida, quizás el mejor; sin duda el mejor. Y siempre termino por calmar mi alma, mi mente y mi corazón arrastrándome a ese instante para volverlo a vivir. Era maravilloso ¡Es maravilloso!, tenerte, abrazarte, hablarte con dulzura y ver cada uno de tus movimientos y más maravilloso todavía, el haberte deseado durante toda mi vida y al fin, el verte llegar y poder tenerte.
Por muy desdichada que pudiera parecer mi vida, por mil veces más que tropiece en la misma piedra, por mucho que quiera seguir creyendo y confiando, el verano, las vacaciones y mi mejor día, empiezan en ese mismo instante donde el "puhf" se confunde.
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