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jueves, 22 de abril de 2021

MENOS PREGUNTAS

 



Buscar el momento para NO responderte a preguntas es lo que hace que vuelvas a respirar aire fresco, que la sangre vuelva a fluir por tus venas y vuelvas a plantearte lo que quieres hacer con tu vida. Es mucho más sencillo de lo que creemos.

Con la edad llegamos a complicarnos preguntándonos el por qué de miles de cosas que en el ahora ya no vienen a cuento, hasta que llega un momento en el que descubres que por culpa de la saturación de preguntas no puedes llegar a sentir la felicidad, esa felicidad pausada, verdadera, relajante,...esa felicidad que llegas a encontrar en cuanto empiezas a hacerte menos preguntas.

Todo el mundo, en algún momento de nuestra vida, hemos dicho o al menos pensado que la vida esta ahí para ser vivida pero poco caso hacemos a esta reflexión. ¡Claro que la vida esta para vivirla! pero hay que saber hacerlo.

¿Para qué quiero saber si pude ser mejor? ¿si pude disfrutar más tomando otras decisiones o si me equivoqué o me pasé mil pueblos en algún momento? ¿Me aporta algo en este momento? A mi, personalmente más que aportarme me agobia tanta pregunta estúpida. Que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Paso totalmente. Y esa es mi actitud ante mis preguntas personales o de mi propio ego, que desgraciadamente siempre esta ahí acechándonos. Pero ¿y cuando vienen los demás con sus deslumbrantes cuestiones? Huyo sin querer, jeje. 

Las preguntas y sus correspondientes respuestas tuvieron su tiempo.

Ahora el tiempo empieza a ser tan limitado (al menos así lo siento) que cuantas menos preguntas, menos respuestas, más dignidad, sinceridad, y sobre todo...más felicidad.