Vistas de página en total

lunes, 14 de enero de 2019

HEIDE VUELVE A LA MONTAÑA




Una semana nada más he durado en la vorágine de este mundo. ¡Tengo tan poca personalidad que me he dejado revolver en todos mis aspectos! (Hasta en los íntimos,jeje)
No vale, no todo vale y sin embargo no hacemos nada para que esto cambie. Yo la primera. No me da miedo enfrentarme a nadie, defender lo que considero mío y hacerlo con contundencia. Pero en tan solo una semana me he debilitado. Todavía es pronto. Sigo débil para tantos enfrentamientos, tantas peleas absurdas que no llevan a ningún lado y tanta insensatez. ¡Y el caso es que lo tengo tan claro!
Tengo unas convicciones tan profundas, se lo que quiero y nada ni nadie hará que mueva un ápice mi postura, pero en estos momentos no estoy para utilizar la fuerza, sobre todo la mental y me conmociono de tanto ruido.
Me voy a coger fuerzas, a devolver mis miedos a su oculto lugar, a descansar y dejar que mis fantasmas luchen entre ellos mientras yo sonrió para mis adentros, me tomo una cervecita y brindo por un día más. Sé que ninguno de ellos va a ganar y eso me satisface.
Y es que lo aprendido en la montaña es como la biblia, y me enseña que para ser feliz te sobran muchas cosas y tan solo, si acaso, te falta un día más.
Nos vemos por las alturas, aunque sean mentales o cuando llegue.
¡Ya lo estoy deseando!

viernes, 4 de enero de 2019

EN BUSCA DE OTRO AÑO MAS




     Siempre, a lo largo de mi vida, he hecho mis propósitos al finalizar un año y comenzar otro nuevo. Si digo que no he cumplido ninguno de mis propósitos propuestos al principio de cada año, mentiría. Hace más de diez años cumplí dejando de fumar. Jamás pensé que lo conseguiría y mira!, hoy puedo decir que el tabaco ya es pasado para mí.
Hace menos tiempo también cumplí con mi propósito de mantenerme alejada de todas esas personas nocivas para mi salud y recuperar el encanto de aquellas otras que aportaban algo positivo en mi camino, y, wuala!!, conseguido, superado y vivido desde la más perfecta armonía y serenidad.
También han habido años de querer no preocuparme por el dinero, por el futuro, por la salud, por si estoy más o menos gorda,...etc,etc,etc, y al final, como son tantos meses en un año, pues a veces sí y a veces no.

Hoy estamos a día cuatro del primer mes del año y a estas alturas debo confesar que ni quiero ni tengo ningún propósito a mano para cumplir.
Estoy con un agujero en mi cerebro que me impide procesar informaciones que me hagan desear algo hoy por hoy. Mis propios deseos son inexistentes.
Deseo como todos, la paz en el mundo, el respeto, la salud y bienestar de mi familia, que todos, en definitiva, estemos bien, pero lo que son deseos personales y pruebas a superar,...no tengo ninguna.

Analizo este pasado año y, no se si es que el listón en lineas generales, esta muy alto o es que por su culpa, (aunque ha sido un buen año a titulo de superación personal, me ha puesto pruebas muy duras) y a fecha de hoy sigo procesando que debo hacer con mi vida.
Por mucho que me empeño en ver todo lo malo que durante este ciclo he tenido (así soy yo, siempre pesimista) no consigo mantenerlo en mi cabeza ni dos segundos, enseguida sin saber como encuentro el lado bueno y en el caso de que no lo tenga, encuentro una contra-oferta que lo desbarata todo. ¡Tengo un poco de lío, pero me sienta tan bien!

Me marqué como modo de vida, finiquitar una etapa donde me encontraba mal y ver el principio de un nuevo camino. Avanzar, no quedarme anclada a la mala suerte, a los malos tiempos o a gente que no me aportaba mucho. Me marqué el objetivo de pensar en nuestras vidas (en las dos) y lo que quiero hacer con mi vida en lo personal. Renuncie a lo largo de todo este año a las personas más importantes y abandonar toda guerra absurda que se me presentara y empecé a pensar que cada tiempo tiene su tiempo y que la verdad esta dentro de cada uno y esa es la única batalla por la que vale la pena luchar. Es indudablemente la formula extraña de ser feliz.

Desde esta pagina he apoyado causas, he criticado otras, me he enrabiado por disputas políticas y desavenencias que al fin y al cabo son estupideces. He defendido mi forma de ser, de amar y disfrutar de la vida y he descubierto que después de todo solo queda nada.
Eres cero, como todos y lo que te hace ser quien eres son tus valores y tu fuerza para seguir siendo tu misma.

Y así, caminando sin buscar esta vez un motivo para seguir me encontré con lo que soy, con lo que tengo y con lo que quiero. Hacía mitad del año pasado me tropecé con este lugar mágico que me ha embriagado desde el principio donde no existe lo malo ni por asomo, donde todo tiene una buena razón o una explicación y donde he podido darme cuenta de cuanto sin sentido abunda en nuestras vidas y que malos y crueles llegamos a ser los seres humanos sin a veces darnos cuenta.
Desde aquí me alejo de todos esos temas en los que nos enrollamos creyéndonos los amos de nuestras interpretaciones políticas, sociales e injusticias a todo nivel, poniendo límites donde solo deberían haber compromisos. Aquí no hay límites. Aquí solo hay sueños por cumplir, prioridades humanas y metas por las que vivir cada día, porque son la vida misma.
Los últimos cuatro meses del año se convirtieron en una prueba del destino tras otra. Pase de la gratitud a la ingratitud, del odio y tormento al amor más profundo, de mirar con angustia a ver la paz a través de tus ojos, y a darme cuenta que a pesar de todo debía continuar. Se que me lo pides cada día.

Me conformo con seguir, con buscar las cosas pequeñas que me aproximan poco a poco a la grandeza; me conformo con ir a visitarte de vez en cuando y hablar de nuestras cosas, contarte lo bien que me va la vida y que mi única ambición es buscar otro año mas de felicidad.
El resto de propuestas las dejo para vosotras.