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domingo, 6 de enero de 2013

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL




Hay madres que gracias a su fortaleza crean en sus hijos la capacidad de libertad, de independencia, que les hacen fuertes frente a unas tendencias de necesitar de los demás. Son suficientes ellos mismos para crear su única familia. Familias unipersonales. Familias de un único miembro. Familias autónomas y diferentes que hoy en día proliferan.
Hay también otra estilo de madres que protegen a sus hijos en la unidad familiar, en un núcleo formado por distintos ramajes de abuelos, tíos, primos, padres, hermanos, etc. donde lo primordial es estar juntos, sea como sea y a costa de lo que sea.
Los modelos de familia que existen hoy en día son tan amplios que es casi hasta difícil y complicado que sean aceptados por toda la sociedad. Dos madres, dos padres, divorciados, separados, viudos,... y cada cual con sus pensamientos.
Si nos basamos en los sentimientos como es mi costumbre, cualquier lazo es apto para crear un sentimiento de familia. Ya no es preciso "ser de la misma sangre" para ser miembro de una familia, pero si es necesario querer y sentir que perteneces a la misma como miembro de primer orden con la misma categoría que el resto de los miembros de una familia común. Esta es mi forma de ver la vida. No voy a cambiar mis valores a estas alturas después de haber defendido durante tanto tiempo un derecho de igualdad en un ámbito tan cerrado como es el de la familia.
El problema es que estoy en un callejón sin salida. Lo que siento no se corresponde con lo que veo. Veo que no se aceptan como hijos, como nietos, como primos a los hijos, nietos o primos que no sean de matrimonios convencionales. Que se sigue manteniendo una discriminación injusta hacia lo distinto y diferente y esto me hace desquiciar. No puedo aceptarlo pero poco puedo hacer. Mi forma de pensar y mi forma de vivir me ha llevado, por mi propia necedad, a ser ciudadana de segunda pero jamás voy a aceptar ser un miembro de segunda dentro de una familia. Hoy ya me da igual ser de una u otra familia. Ya me da igual no tener familia y convertirme muy a mi pesar, en único miembro de mi única familia.
Me pregunto: ¿Que será más importante un hijo o una madre?¿Como se puede denigrar a un hijo o a una madre quitándole su título por el mero hecho de no ser familia convencional?
¡Cuanta hipocresía!.
Y más cuando estamos sufriendo una crisis donde se nos inculca "políticamente" que la familia es uno de los pilares para soportar los problemas que padecemos. "Es un soporte" "Hay que estar unidos" "Es un apoyo"... todo muy bonito hasta que nos tropezamos con la verdad. ¡Que pocas familias hay que cumplan con todos los requisitos de familia, normativos, morales o basados en los sentimientos!

Desde mi silencio, han sido las peores navidades vividas en toda mi vida, desde el primero hasta el último día, el de hoy, en el que despido por siempre esta y cualquier otra celebración que prime la desigualdad.
Me quedo con las ganas de escupir todo lo que en estos momentos saldría por mi boca en relación a este tema. Quizás sea mañana.